La cerilla.

La historia se lee así:

El 13 de junio del año 2005, cuando María del Carmen G. E. esperaba el autobús de una localidad alicantina escuchó una voz que le decía: "Buenos días señora ¿qué tal su hija?". Al levantar la cabeza vio que quien le hablaba era el violador de su hija Verónica, de permiso carcelario del Centro Penitenciario Alicante II-Villena, donde cumplía nueve años de prisión por este delito cometido siete años antes, cuando la menor tenía 13 años. Antonio C. V. se dirigió después de este encuentro a un bar próximo, donde también terminó acudiendo la mujer con una botella de plástico llena de gasolina con la que roció al hombre y le prendió fuego. Antonio C. V. sufrió quemaduras de tercer grado en el 60% de su cuerpo y falleció diez días después en el hospital.

Se te queda la cara un poco de póker, que dicen ahora. Por un lado dices "vaya hijoputa el tio" y por otro "joder con la señora" y por último "mucha sociedad avanzada, pero aun pasan cosas que que ni te las crees".

Porque que te tengas que tragar que el violador de tu hija te salude por las mañanas ya tiene huevos la cosa. Medio-comprensible que la señora se tome la justicia por su mano. Medio-comprensible, porque de ahí al caos de la anarquía queda un paso. Y un abismo muy profundo.

Uno se pregunta qué es lo que falla para que estas situaciones se den.Quiero decir: ese tío ha salido de prisión con una condena cunplida o casi cumplida. Como diría el,  "pagando su deuda con la sociedad." Pero por medio hay un sistema penitenciario que ha fallado y juez de vigilancia penitenciaria que ha fallado. Por ahí por medio debe haber un psicologo o psiquiatra o lo que haya... lo que sea ha fallado. Porque a ver en base a qué este tío tiene libertad ambulatoria. Alguien se ha equivocado. Hay algo que no es correcto.

Pero claro luego piensas y te das cuenta que el sistema penitenciario no da pa' más.  La prisión debe tener un fin integrador del delincuente en la sociedad y bla, bla, bla, pero que no tendrán sufientes medios, etc, ect; Y que el Juez, el pobre, no hace más que aplicar unas leyes que le vienen dadas, que el pobre, tiene en cierta medida las manos atadas y tal y tal y que se limita a hacer su trabajo como buenamente puede.

Entonces como sigues sin entender que se den estas situaciones, miras y piensas, las puñeteras leyes las han hecho los políticos, ellos son los culpables; que no hay derecho que una madre tenga escuchar el saludo cínico y socarrón del violador de su niña, que al fin y al cabo no hay que estar bien pa' violar a nadie y a una niña no hay que estar mucho mejor. Entonces qué leyes crean estos políticos que permiten estas situaciones.

Pero claro luego piensas y te das cuenta que sí, que los políticos legislan y tal, pero que una ley no es para cada caso en concreto, que es para una generalidad de casos, que en mayor o menor medida unos se adaptarán mejor o peor a la norma y que, bueno, como decía aquel "más vale tener a un culpable suelto, que un inocente preso" Además, los leguleyos andan entre ellos todo el día de pactos y de chachara, según donde sople el viento a la veleta y donde hoy yo cedo por ti, tu mañana me das a mi. Y están "presionados" por lobbys, grupos de presión y corporaciones...Y asi entre dimes y diretes se van haciendo las leyes y lo que al princpio se presenta o blanco o negro, al final sale de muchos grises, y según para cada cual hasta con tonos rosas.

Al fin ya al cabo nada es perfecto y a los políticos los elegimos los que tenemos la responsabilidad de votarlos. No están ahí porque sí. Están ahí por que hemos querido unos cuantos.

Entonces, claro,  piensas y te das cuenta, que no es culpa del sistema penitenciario ni de sus psiquiatras ni de sus jueces; no es culpa de los politcos ni de sus leyes. Piensas y llegas a la conclusión de que el responsable de esta situación es uno mismo. 

Yo soy el culpable de que la sociedad donde vivo se permita que un violador de niñas salude a la madre de la víctima una mañana en un autobus. El culpable soy yo y lamentablemente, en todo este sinsentido solo llego a una conclusón: "Tome Señora, aqui tiene Ud.: la cerilla"

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Pero es que además, quien se haya rasgado las vestiduras, que se dé con un canto en los dientes. La cosa podría ser peor, claro que sí. Si Ud. viviera en Eurabia, la cosa sería de la siguiente manera: En los casos de abuso sexual a una mujer, ésta requerirá de cuatro testigos que respalden su acusación. Éstos deben poder aportar otros elementos aparte de la mera testificación de que se ha producido un hecho de fornicación, adulterio o violación; en este último caso, deben haber sido testigos presenciales. Ea!

Dicen que esta disposición tan peculiar como demoledora tiene su origen en un incidente de la vida de Mahoma, cuando su esposa Aisha fue acusada de infidelidad. La acusación conmocionó especialmente a Mahoma, porque Aisha era su esposa favorita. Pero en este caso, como en muchos otros, Alá acudió en ayuda de su Profeta, le reveló la inocencia de Aisha e instituyó la estipulación de los cuatro testigos requeridos para los pecados sexuales: "¿Cómo es que no presentan cuatro testigos para probar su imputación? Pues, ¡si no presentan dichos testigos, son ésos los que, ante Alá, son en verdad mentirosos!" (Corán, 24: 13).

Por consiguiente, es casi imposible probar una violación en los territorios que siguen los dictados de la sharia. Los hombres pueden cometer una violación con total impunidad: si niegan los cargos y no hay testigos, serán absueltos, porque el testimonio de la víctima es inadmisible. Peor aún, si una mujer acusa a un hombre de violación puede terminar incriminándose a sí misma. Si no se pueden encontrar los testigos masculinos requeridos, la acusación de violación de la víctima pasa a ser una admisión de conducta inmoral y en su caso, del adulterio, con sus consecuencias.

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Y mientras tanto las plañideras qué?