"Cuando se contemplan las imágenes de la violencia absurda y desmedida de los islamistas radicales tras las dichosas caricaturas de Alá, uno no puede por menos que preguntarse si es posible ya (o si aún es posible) la zapateriana alianza de civilizaciones. Y por mucho que nos digan los mejor intencionados hasta qué punto esas bromas norte-europeas son inadmisibles en el islamismo, la desproporción es tan grande que no resiste un análisis no ya de fe sino simplemente racional. Entonces se nos asegura: esto no es así en general, estos son fanáticos. Y puede ser, pero es que cada vez hay más fanáticos y cada vez los fanáticos están más en el poder y cada vez el poder de los fanáticos está mucho más cerca de las armas nucleares.
Rezan y matan. Rezan y mueren. Y ya no se sabe dónde está la frontera entre los uno y lo otro. Cabría también preguntarse si esas hordas que arrasan todo lo que suene no a europeo sino a no islámico se comportarían así si tuvieran que llevar a sus hijos cada mañana al colegio público, pedir hora o visitar a los enfermos en una sanidad universal y gratuita, acudir a un puesto de trabajo para pagar una hipoteca o simplemente acudir a un INEM en busca de un empleo o a cobrar el paro.
Nos es justo pues, juzgar con parámetros occidentales y desarrollados los desmanes que realizan impulsados por lo único que aún les mantiene su dignidad: una religión que como todas está en posesión de la verdad y les promete para la otra vida lo que en ésta les niega.
Pero si bien hay que ponerse en su lugar, sería absurdo que bajo el paraguas de una cultura distinta, una civilización que no es la nuestra o el poderoso influjo de una religión absolutista, aceptáramos respetuosamente la brutalidad y la barbarie se mire por donde se mire.
No todas las ideas son respetables ni todos los actos pueden justificarse: se podrán tratar de entender o de explicar, pero desde luego lo que nunca tendríamos que hacer es aceptarlos sin más.
Y digo todo esto desde el respeto a muchas cosas: a que no me parezca bien la burla publicada de lo que para muchos es importante o la imposición por la fuerza de las armas de los sistemas occidentales -capitalismo, democracia- en sociedades que se rigen de otras formas. Pero algo hay que hacer, y pronto, frente a la absurda espiral rezar, matar, morir."
2 comentarios:
Rezar, matar y morir
ANDRÉS ABERASTURI
"Cuando se contemplan las imágenes de la violencia absurda y desmedida de los islamistas radicales tras las dichosas caricaturas de Alá, uno no puede por menos que preguntarse si es posible ya (o si aún es posible) la zapateriana alianza de civilizaciones. Y por mucho que nos digan los mejor intencionados hasta qué punto esas bromas norte-europeas son inadmisibles en el islamismo, la desproporción es tan grande que no resiste un análisis no ya de fe sino simplemente racional. Entonces se nos asegura: esto no es así en general, estos son fanáticos. Y puede ser, pero es que cada vez hay más fanáticos y cada vez los fanáticos están más en el poder y cada vez el poder de los fanáticos está mucho más cerca de las armas nucleares.
Rezan y matan. Rezan y mueren. Y ya no se sabe dónde está la frontera entre los uno y lo otro. Cabría también preguntarse si esas hordas que arrasan todo lo que suene no a europeo sino a no islámico se comportarían así si tuvieran que llevar a sus hijos cada mañana al colegio público, pedir hora o visitar a los enfermos en una sanidad universal y gratuita, acudir a un puesto de trabajo para pagar una hipoteca o simplemente acudir a un INEM en busca de un empleo o a cobrar el paro.
Nos es justo pues, juzgar con parámetros occidentales y desarrollados los desmanes que realizan impulsados por lo único que aún les mantiene su dignidad: una religión que como todas está en posesión de la verdad y les promete para la otra vida lo que en ésta les niega.
Pero si bien hay que ponerse en su lugar, sería absurdo que bajo el paraguas de una cultura distinta, una civilización que no es la nuestra o el poderoso influjo de una religión absolutista, aceptáramos respetuosamente la brutalidad y la barbarie se mire por donde se mire.
No todas las ideas son respetables ni todos los actos pueden justificarse: se podrán tratar de entender o de explicar, pero desde luego lo que nunca tendríamos que hacer es aceptarlos sin más.
Y digo todo esto desde el respeto a muchas cosas: a que no me parezca bien la burla publicada de lo que para muchos es importante o la imposición por la fuerza de las armas de los sistemas occidentales -capitalismo, democracia- en sociedades que se rigen de otras formas. Pero algo hay que hacer, y pronto, frente a la absurda espiral rezar, matar, morir."
Q pena damos...
Un saludo
Publicar un comentario