Porque un día sin música no es un día completo.
Robert VALET (teclados) y Peter TERHOEVEN (guitarras), acompañados de la ejecución de Sebastian JUNGERMANN (bajos), Sandra BAETZEL (vocales, coros, saxos) y Volker JANACEK (vocales, batería).
Las primeras referencias que uno identifica desde su inicio con 'Gray' son claramente PINK FLOYD, evolucionados hacia un carácter rudo inexplorado previamente por la legendaria banda, luego demostrando un toque personal de misticismo y de una propia idea musical. Me parecen especialmente originales los sonidos de teclado análogo danzando frente a ritmos sólidos y marcados, interactuando tanto así con la guitarra eléctrica o el saxo en un sentido Arte Rock, lo suficientemente rítmico para no ser progresivo sinfónico, lo suficientemente variable para no ser sólo rock. A estas formas místicas se añaden variaciones psicodélicas alucinadas, recordando brevemente la época sintética grandilocuente de finales de los '60, principios de los '70, reforzada nuevamente por la actualidad y el buen aprovechamiento de los recursos tecnológicos sin que estos ocasionen plástico en el timbre aural de los sonidos. Así es como una verdadera banda debe demostrarse: con ecumenismo musical, pero no tan sólo en equilibrio presencial sino también en solos de protagonismo que ocasionan imaginación en el oyente. La utilización de voces femeninas en conjunto con las masculinas, por ejemplo, brindan diálogos coherentes que discuten equilibrio emocional, lo mismo que las variaciones de ánimo en los ritmos expresados por la banda. (http://www.manticornio.com/rock-progresivo/S/SOLAR-PROJECT/s-p.php)
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