Afuera el viento arreciaba con fuerza.
Los pequeños árboles, delgados, escualidos
se zarandeaban y sus ramas revoloteaban salvajes.
La hierba temblaba incesante, iba y venia,
con ritmos variables, ahora más, ahora menos.
Ella me tocó el hombro y me dijo "Mira."
Yo dije "¿El qué?" Señaló afuera y respondió:
"El Viento."
5 comentarios:
Precioso...
inspirante...
bueno así lo veo
Bonito, y más si lo acompañas de Milo, el gran Milo Manara. Te he añadido a mis blogs favoritos, espero que no te importe. Un saludo!!.
Simplemente hermoso, la imagen tambien es muy bella.
entre todos me van a sacar los colores...
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